Los Ramones son una institución en la historia del rock con unas señas de identidad muy claras: canciones cortas y rápidas, vaqueros, zapatillas, chupas de cuero, corte de pelo a lo taza y una puesta en escena inmutable durante sus más de veinte años de trayectoria.
Al igual que AC/DC, Slayer o Iron Maiden, eran esa clase de banda que siempre ofrece lo que esperan sus fans, dejando muy poco espacio para la improvisación o los experimentos. Pese al espíritu punk del que fueron pioneros, en directo eran una máquina de precisión que escupía sin tregua un tema tras otro, con una pose estudiada que, más que a un grupo de rock´n´roll, recordaba a un ejército. Y el General de ese ejército se llamaba John William Cummings, más conocido como Johnny Ramone. Porque ese era su papel: el de jefe.

A ver quien desobedece a esa cara.
Todo buen grupo se debe a una suma de talentos y los Ramones no eran una excepción. Joey aportaba su carismática voz y esa sensibilidad sesentera que les hizo tan especiales. Dee Dee era un genio loco y un prolífico compositor a quien se deben la mayoría de éxitos del repertorio, y tanto Tommy como después Marky suponían el perfecto (y acelerado) motor rítmico. La guitarra de Johnny marcaba la crudeza y agresividad que cerraba el círculo.
Y si en lo musical alcanzaban la perfección, la cuestión personal ya era otro cantar: Joey padecía trastorno obsesivo-compulsivo, Dee Dee era adicto a la heroína y su carácter no se podía calificar de estable, y a Marky lo expulsaron durante una temporada por su alcoholismo. Y en medio de aquel caos estaba Johnny, con su educación militar, su personalidad autoritaria (y en ocasiones, violenta) y su adoración por Ronald Reagan y los Estados Unidos de América. Al menos no se drogaba.

Y ese impecable peinado, no lo olvidemos…
«Commando» (Malpaso, 2013) es su visión de su vida y de la carrera de Ramones. Una confesión fiel a su carácter frío y pragmático, sin paños calientes ni sutilezas de ningún tipo. En poco más de ciento cincuenta páginas, el guitarrista nos cuenta, a un ritmo vertiginoso, su infancia y su problemática adolescencia, como se formó la banda y la manera en que les dio forma (literalmente, le dijo a cada uno como debían comportarse en el escenario y el look que iban a adoptar), y como se encargó de gestionar su economía y la de sus compañeros: su objetivo era ganar un millón de dólares con el que poder retirarse sin trabajar.

Un millón de dólares después.
Sobra decir que consiguió el dinero, pero la carrera de Ramones no fue fácil: nunca consiguieron el éxito masivo, sus canciones no sonaban en las radios y las ventas de discos siempre fueron mediocres, por lo que se vieron obligados a girar sin descanso para la base de fieles seguidores que siempre mantuvieron. Aunque en algunas partes de Sudamérica llenaban estadios, en su país natal fueron siempre un grupo de clubs, hecho que frustraba a Johnny, aunque acabara aceptándolo. Por suerte, vivió lo suficiente para ver el reconocimiento a la banda una vez terminada su carrera, a través de discos tributo o de su inclusión en el Rock and Roll Hall of Fame. Más vale tarde que nunca.
Si su carrera artística y comercial fue complicada, las relaciones personales no fueron mucho mejor. Todo iba relativamente bien (todo lo bien que podía ir entre cuatro personalidades tan, digamos, dispares) hasta que Johnny empezó a salir con Linda, que había sido novia de Joey hasta ese momento. El cantante no se lo tomó nada bien. Tanto, que no volvieron a hablarse durante el resto de su carrera (estamos hablando de unos quince años, más o menos), con lo que la tensión interna se podía cortar con un cuchillo. El cantante le dedicó «The KKK took my baby away» y Linda y Johnny vivieron felices hasta la muerte del guitarrista en 2004.

Amigos para siempre.
Eso por no hablar del día en que Dee Dee decidió que ya no quería tocar punk ni ponerse el uniforme de los Ramones. A finales de los 80, lo que molaba era el rap, así que, ni corto ni perezoso, se cambió el nombre por Dee Dee King y grabó esta aberración sonora.
Los Ramones han generado muchos libros, entre ellos «Punk Rock Blitzkrieg: Mi vida en los Ramones», de Marky, «I slept with Joey Ramone», de Mickey Leigh, hermano de Joey, que pronto tendrá una adaptación al cine, y el divertido «De gira con los Ramones» de su sufrido road manager Monte A. Melnick, pero ninguno de ellos capta tan bien la esencia de lo que fueron como «Commando»: rápido y directo, sin concesiones ni pausas dramáticas y con un retorcido sentido del humor, leerlo es lo más parecido a ver uno de esos conciertos arrolladores que ofrecía la banda de Queens. Resulta estremecedora la parte final, en la que describe sin sentimentalismo ni autocompasión cómo el cáncer de próstata está terminando con su vida.
Se puede acusar a Johnny de ser un tipo autoritario, pero lo cierto es que los Ramones no habrían llegado ni a grabar un disco de no ser por su mano dura. No hablemos ya de mantener una carrera de más de veinte años. El mismo Dee Dee lo reconoce en el imprescindible documental «End of the century«: «su personalidad ya era lo suficientemente desagradable, pero nosotros lo instamos a convertirse en un monstruo». Mantuvo unida a la banda más disfuncional del planeta, y eso hay que agradecérselo.
Como también hay que agradecerle el estilo que creó a la guitarra, imitado hasta la saciedad incluso a día de hoy. De hecho, está considerado uno de los guitarristas más influyentes de la historia, y eso que no toco ni un solo en toda su vida (o quizá por eso). Larga vida a Johnny y a los Ramones.
RAMONES…GENIOS !!!
TOMALOS O DEJALOS !!!
Musicalmente , parecerán básicos , para los puristas , si los compras con Floyd ,Queen o Zeppelin .
Nunca un solo de guitarra , bajo o batería , y salvo algunos covers , temas muy parecidos entre si .
Pero si entendés que fue un estilo ( musical , de estética , ropa , peinados , mensajes de rebeldía , etc )….Vas a descubrir que es música , a veces simplista o minimalista , pero con una armonía y un tiempo perfecto .
Eran tres instrumentos y una voz perfectamente coordinada .
Fíjate que al sonido siempre agresivo de la guitarra de Johnny se le acopla el bajo de Dee Dee , de manera que parecen un solo instrumento y lo mismo con la batería de Marky o Tommy , todo en uno . A eso súmale una muy buena vocalización de Joey, y los coros exactamente sincronizados de Dee Dee.
En sus personalidades , una EXTRAÑA combinación , típica de un barrio de monoblocks , periférico de New York:
Johnny : Un tipo desagradable de ultra derecha , casi un Neo nazi .
Joey , un nerd , uno de esos tipos de los que todos se ríen y se burlan en el barrio.
Dee Dee y Marky , dos descontrolados adictos , que fueron expulsados del grupo por su descontrol .
Imagínate …Para que te echen de Los Ramones por descontrolado !!!
Cómo dije al principio .
RAMONES =GENIOS
, TOMALOS O DEJALOS .